domingo, 15 de julio de 2007

Una realidad escondida

A pesar de como viven, su situación es verdaderamente lastimante, pero así se expresan:
Con altas y bajas, su marido, un carpintero itinerante que unas veces trabaja en el pueblo y otras se marcha a Higüey “a buscar vida”, logra sacar adelante su pequeña familia. Y es que la pareja apenas tiene un hijo porque “los tiempos no están para parir muchachos”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sr.Ciriaco, piensa usted que el gobierno no conoce esa realidad, claro que la conoce, pero no le importa y la ignoran, mientras andan en sus lujosas jepeta, mansiones y sus aviones privado, pero no se procupe que ahorita llegan las elecciones y lo embullan ofreciendole casitas y raciones de comida y el dominicano como siempre tiene hambre vuelve a caer, PERO SI LE DIGO. QUE PENAS DE ESTA FAMILIA Y LAS TANTAS QUE NOS CONOCEMOS, SR. PRESIDENTE Y ES ASI QUE ES PA´LANTE QUE VAMOS, Si es en el metro montaooooo